La Pesadilla se Afianza

La semana que acaba de terminar se afianzó la posibilidad de que Donald Trump sea el candidato del Partido Republicano a la presidencia de los Estados Unidos, pues el famoso súper martes le fue favorable, y se ve poco probable que sus contrincantes lo alcancen y logren ganarle la contienda.

Aunque a fuerza de decir verdad, su más cercano competidor, Ted Cruz, no está lejos de las propuestas de Trump, pues también ha prometido el cerrar la frontera y repatriar a los millones de trabajadores que no tienen sus papeles en regla. Este señor, a causa de la estridencia del loco de Trump, poco caso le hemos hecho a sus propuestas, y a su origen; según los expertos, el padre de Cruz en principio apoyó en Cuba a Fidel Castro, pero éste no le abrió espacios y lo presionó, al grado de que emigró a Canadá, y en Calgary nació Ted Cruz; con el tiempo tuvo la doble nacionalidad: la canadiense y la norteamericana. Al comenzar su carrera política, renunció a la canadiense, y ahora se dice norteamericano. Es de la extrema derecha, y también ve con malos ojos a los inmigrantes, según los enterados. Por lo tanto creo que tan malo el pinto como el alazán. Marco Rubio ha renunciado a seguir en la contienda al perder en su propio estado Florida, por lo que el camino cada vez se ve más parejo para Trump.

Desde luego que va a ser muy difícil que Trump pueda echar abajo los convenios comerciales de los Estados Unidos con el mundo; si bien es cierto que la balanza comercial de los vecinos del norte nunca ha sido superavitaria desde 1975, por ejemplo: el último año fiscal tuvieron importaciones por $2.74 billones de dólares y exportaciones por $2.22 billones de dólares; o sea que su diferencial, de $540,000 millones de dólares, es lo que dice que él lo resolverá aplicando impuestos extra ordinarios a las importaciones, y no solo eso, sino que castigará a las empresas que han movido sus fábricas a otros países, como México y algunos otros en Asia.

Algo que la prensa estadounidense ha publicado, es que los artículos que producen las empresas de Trump, como su línea de ropa, gafas y accesorios, son importados de China, Bangla Desh y Honduras; y que en sus empresas ha contratado a personas indocumentadas, o con visas temporales, con la finalidad de pagar menos de lo que se paga en el mercado normal.

Por otro lado su discurso beligerante, de que actuará contra los «enemigos » de la nación, aún sin el apoyo de las Naciones Unidas, o de sus aliados naturales, nos habla de una serie de conflictos a nivel mundial que bañará de sangre el orbe. Qué riesgo sería que el país más poderoso del mundo estuviera en manos de un loco fascista. Sus poses, y la forma de arengar a sus partidarios, nos recuerdan a Benito Mussolini, cuando hundió a Italia en la segunda guerra mundial y quedó destrozada.

Lo único que puede evitar este desastre es que Hilary Clinton le gane la elección presidencial, pues la única forma es que la sociedad norteamericana se dé cuenta de que si gana el Partido Republicano los llevará al desastre y al enfrentamiento, tanto en lo interno, pues ha logrado despertar la guerra xenofóbica entre los mismos estadounidenses, lo cual se creía ya era cosa del pasado y que lo habían podido superar, y en lo externo una serie de enfrentamientos, inclusive con sus actuales socios.

Siendo la norteamericana una sociedad constituida por inmigrantes, en su gran mayoría, el impacto de la llegado de un loco, como Trump, forzosamente la enfrentaría y comenzaría una cacería de minorías, como durante la segunda guerra mundial, cuando detuvieron a todos los japoneses que vivían en ese país y los encerraron en centros de reclusión, “porque eran sospechosos de ser espías o un peligro para la nación”; igualmente con una mayoría de italianos, se desató una sicosis que duró por muchos años. Y qué decir de la lucha por la igualdad, que comenzó en las riberas del Misisipi y en Alabama, dejando una serie de asesinatos, como el de Martín Luther King, y muchos otros hasta que lograron finalizar el apartheid que había, pues los blancos tenían instalaciones para ellos, fuera del alcance de las demás minorías; todo esto hasta que se abolió, en 1970, con la llegada de John F. Kennedy al poder; o sea que sería un retroceso la llegada de un racista como Trump.

Hoy México, y todos los países que tienen en Estados Unidos millones de connacionales, los cuales emigraron porque no pudimos, o no supimos, generar oportunidades en su propio país, para desarrollarse. Deberán prepararse a una expulsión de miles de migrantes, pues llegue el que sea a presidir el país vecino, lo va a hacer, pues el daño ya está hecho. Creo que Trump logró desatar el odio hacia las minorías, y el racismo va a entrar en una nueva etapa no deseable. Ahora a trabajar para que encuentren manera de vivir decorosamente en su patria, recordemos que Obama ha sido el presidente que más ha deportado a migrantes en la historia, y no hemos protestado por las razias que se dan diariamente en ese país. Las deportaciones son por lo tanto, una amenaza real y latente.

(Comentarios de un Ciudadano)